Camino sin rumbo alguno, veo gente pasar a mi lado, ¿cuántas historias distintas se cruzan en mi camino? No me importa… sólo quiero escuchar las hojas secas al pisarlas en una tarde de otoño. Comienzo a recordar aquellos momentos que pasé a tu lado, muchas veces queriendo abrazarte, besarte, decirte cuánto te quise, cosas que jamás hice… me conformaba tan sólo con ver nacer una sonrisa de tu rostro. Cuando llegaba la tarde esperaba con ansias verte, no importaba ninguna otra cosa… todo lo demás podía esperar. Jamás imaginaste cuántas cosas estuve dispuesta a hacer por ti ¿por qué?... Porque seamos sinceros, nunca te importó… vivíamos cada momento como una amistad cualquiera, aquella frase que en ningún momento debíamos olvidar… “éramos sólo amigos”, pero lo hicimos… la olvidamos… aquellos momentos en que más deseé detener el tiempo, en que olvidaba por completo todo aquello que nos rodeaba… sólo éramos tú y yo… tú como el hombre a quien yo tanto quería (digo quería, porque ya no estoy segura de haberte amado realmente) y yo tan sólo como tu amiga con la que tuviste un “desliz”. Ahora todo aquello acabó, por un momento sentí que al perderte, perdía también mi vida… pero de a poco descubrí que era imposible perder algo que nunca tuve, porque mal que mal, nunca fuiste mío… ¿Cómo podía ser tu amiga? Si cada vez que estaba contigo me olvidaba del mundo entero… luego mi amor por ti se transformó en una espera que parecía eterna, pero que afortunadamente no lo era… aquel día en que tenías que saber todo aquello que alguna vez sentí por ti llegó… querías hacer parecer que te importaban todas aquellas palabras que, llenas de amor, esperanza, miedo y angustia, salían de mi boca; pero en el fondo yo sabía que no era así… simplemente pasaba a ser una “amiga más”, pero con la que obviamente no podías seguir compartiendo, ése era mi gran miedo, perderte también como amigo… ahora mi problema era ¿cómo sacarte de mi cabeza? Y más difícil aún… ¿cómo sacarte de mi corazón?... que tonta me sentía, ¡sufriendo por un hombre! Deseé no haberte conocido, pero no hay nada que ocurra porque sí...
Tal vez el dejar de verte ha sido el principal ingrediente en este olvido, en realidad no lo llamaría así, porque olvidar es un tanto extremo y creo que a pesar de todo el dolor que me hiciste sentir, hubo momentos que no quiero olvidar... mal que mal, algo espero haber aprendido de este amor que tan oculto tuve, porque cada instante que pasaba junto a ti, me sentía la mejor de las actrices… Pero ya sabes mi secreto mejor guardado, y probablemente ya ni te acuerdes que algún día me senté a tomar un café contigo…
Ahora… en esta fría tarde de otoño y mientras la lluvia cae sobre mi rostro llevándose todo el dolor que tenía en mi corazón y todos esos momentos llenos de lágrimas que derramé por ti y que jamás pensé derramar, confieso que vuelvo a vivir, vuelvo a creer en la vida, en el amor y en los hombres… no fue fácil, pero tampoco imposible como en algún momento pensé… tal vez algún día pueda verte como una experiencia enriquecedora y me atreva a decir que fuiste mi primer amor, no lo sé… sólo puedo decir que ahora estoy frente a un horizonte lleno de nuevas experiencias que estoy ansiosa por vivir…
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